Fauna Anglófila: Benet Casablancas

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a modo de introducción

En lo tocante a la música, nuestro querido Mr. Fish es lo que antes se llamaba en Inglaterra un connoisseur, un entendido. De tarde en tarde gusta de sumergirse en las concavidades oscuras de ciertas músicas, y como es un hombre refinado, inglés en todo lo visible e invisible, no es incapaz de llevar a cabo una tarea a medias. Su afición a la mal llamada música contemporanea nace del instinto de abarcar todos los detalles de un issue. No hace mucho, topó con la música (curiosidades del destino) de un catalán. Siendo Fish un hombre de naturaleza insaciable, dio con la música de Benet Casablancas (1956-) a través de una cadena de enlaces que, de reproducirla, el lector quedaría más que sorprendido (solo diremos que empieza en los sistemas de Ramon Llull y que termina con el estreno de una ópera de Casablancas titulada L’enigma di Lea)

Escuchando sus Tres interludios para orquesta del reconocido maestro catalán, entra Chips al salón, tapándose los oídos con los pulgares. «¡Menudo embrollo, señor Fish!» Su amo (sí, aún se hace llamar amo) se levanta irado, y termina con la música en un punto de sublime crescendo. Como un rayo, se dirige a la estantería, y toma un volumen grueso. Se sieta de nuevo en el sillón y pide que Chips haga lo mismo, a su lado, parsimoniosamente. «A partir de mañana -dice-, te sentarás aquí, a las cuatro en punto, y nos divertiremos con las aventuras de Fausto». «¿El de Goethe? -pregunta Chips. «El de Mann»-responde su amo. «A ese no le trago», añade en tono de Panza, de Leoporello, de Sgarnarelle, es decir, de escudero literario, sin saber en absoluto de quien le hablaba.

Y asi fue como durante algun tiempo, a las cuatro en punto, tomando una taza de earl Grey, Fish le fue leyendo la tremenda historia de Adrián Leverkühn, el compositor que Thomas Mann convierte en su protagonista en El Dr. Faustus, por el que A. Schonberg lo denunció alegando que había plagiado su vida. Como Chips es avispado en lo tocante al estómago, pero algo tosco en el terreno sublime de las artes, del libro solo aprende la anécdota, y cuando Fish termina, el amo pregunta: «¿te das cuenta del meollo? – «En absoluto». «Querido Chips: no hay música antigua ni moderna, solo música buena y mala, y precisamente la de este Casablancas puedo asegurarte que es francamente buena. Siguió luego una disquisición larguísima y harto pesada sobre lo que hace una música buena, a petición malitencionada de Chips y Fish argumentó (ante el estupor de su criado) que se trata de un combinación pertinente entre oficio e inspiración, a la que hay que añadir una pizca de circunstancias. Lo del genio, ya es alquimia.

Esta forma de concebir la música resulta muy apropiada para presentar al eminente invitado anglófilo que nos visita esta tarde lluviosa, Benet Casablancas. Su música, se puede elogiar o criticar por su estilo, persistencia, pertinencia, y lo que uno desee (en definitiva, el creador tiene que dejar libre a su criatura, y dejarle vivir su propia vida), pero es intachable en lo que concierne a los pilares del arte: un hombre honesto, con sobradísimo oficio, de espíritu amable y un maestro como quedan pocos que derrocha su sabiduria como un rey Salomón en el Liceo de Barcelona. Decenas de alumnos lo atestiguan. No reproduciremos aquí un solo logro de su vida, que son muchos, ni de su carrera, inumerables. Para ello, querido, lector, consulte su página web, que esta bien surtida de información al respecto. En lugar de eso, y como nuestro amigo se ha ofrecido amablemente a darnos una lista de sus pecados anglófilos preferidos, y como esto no lo encontraran ustedes en ninguna otra parte, y como lo preferimos además, y como Fish nos agredecerá el gesto, y aunque habla un español macarrónico y no puede leer esta joya titulada El humor en la música, obra de referencia del mismo Casablancas, es precisamente este el plato que les servimos hoy, tan enrevesadamente complicado como esta frase que termina en el punto que, sin demorarme más, a la manera de Shandy, voy a poner ahora.

Para terminar: cuando Fish tiene el ardor que uno siente al querer escuchar la música de Casablancas, no puede reprimir una impresión desconcertante para un inglés que vive como en otro mundo, que le retrotrae a la época de su Grand Tour por Europa: en ningún otro compositor (a parte de Robert Gerhard, otro catalán gran amigo de Inglaterra y que Fish tiene a bien cantar las alabanzas) ha encontrado un equilibro tan perfecto entre la gran tradición vienesa y el perfume mediterráneo. Le da la impresión de que Casablancas no puede escapar, como nadie, de su propia personalidad.


Mi anglofilia

Por Benet Casablancas

Son extraños, ya lo sabemos, deliciosamente isleños, y van a lo suyo, sin apenas disimularlo (bueno sí, le llaman fair play), pero al mismo tiempo encarnan para mí los ideales del mejor liberalismo, un aire singular pero real de libertad, que a menudo ha encontrado entre ellos su refugio, de excentricidad individualista, y una forma idiosincrásica pero finalmente eficiente –pensando en el Londres de finales de los 70- de orden. Y por encima de todo: disponen de las mejores instituciones culturales que conozco, por lo menos en museos (de todo tipo, empezando por los que están en mente de todos, pero también las casas de John Soane, Dr. Johnson, Keats, Dickens, Freud, Sherlock Holmes, el romántico Museo de Ciencias Naturales de Kensington, o los museos de juguetes…), música, teatro, bibliotecas y librerías (varias de ellas tristemente desaparecidas, como Dillons o el Foyle’s de antes) y un largo etcétera. Sobre todo en Londres, hay que decirlo, aunque las islas acogen maravillas muy diversas, de Stonehenge y Bath a la Catedral de York y el lago Ness. Prácticamente formé allí mi biblioteca musical y de arte (los maravillosos catálogos del British, de la National Gallery, del Warburg Institute…), y mi discoteca, en géneros  musicales muy diversos.  

Mis recomendaciones… ahí van, a bote pronto! 

LIBROS

* Shakespeare, en particular, los Sonetos, y entre sus obras dramáticas, Hamlet, La Tempestad, Sueño de una noche de verano, Rey Lear y Al vuestro gusto.

* Dr. Johnson, en particular esa delicia que representa su Prefacio a Shakespeare,  así como la justamente célebre biografía de Boswell.

* Jonathan Swift, Viajes de Gulliver, y sus ensayos satíricos, encabezados por Una modesta proposición…

* Lord Chesterfield, Cartas a su hijo

* Dickens, Cuento de Navidad, Pickwick, Casa desolada…

* Keats…

* Conan Doyle, todo Sherlock Holmes, pero no solo. 

* Yeats…

Virginia Wolf, los ensayos…

Joyce, Música de Cámara; Dublineses…

* Los historiadores del arte Ernest Gombrich, Kenneth Clark y Simon Schama.

* Los ensayos musicales de Tovey, amigo de Pau Casals.

* Chesterton, Alarmas y digresiones

* H. G. Wells, La puerta en el muro

* Isaiah Berlin, Raíces del Romanticismo, sus ensayos sobre la libertad…

* Agatha Christie…

Sasha Abramsky: La casa de los veinte mil libros

MÚSICA (CDs)

* Dunstable, Dowland, Morley, Byrd, Tallis…

* El grandísimo Henry Purcell: Fantasías para violas, Funeral Sentences and Music for the Funeral of Queen Mary, Diocleciano, King Arthur 

Edward Elgar, The Dream of Gerontius, Introducción y Allegro para cuerdas

* Benjamin Britten: Las Iluminaciones, Owen Wingrave, los ciclos de canciones…

* Oliver Kussen, todo! Empezando por su ópera Where the Wild Things Are… 

* Jonathan Harvey, Song Offerings

* George Benjamin, Written on the skin

* Las 25 Canciones populares escocesas, arregladas por Beethoven con acompañamiento de trio!

Y porqué no, algunas canciones de los Beatles! (por ejemplo, Eleanor Rugby…)

FILMS

* Todo Chaplin

* Todo Hitchcock, no solamente la etapa inglesa, aunque de ésta podría destacar los 24 Escalones y El hombre que sabía demasiado.

Alexander Mackendrick: El quinteto de la muerte

Antonioni: Blow-up (aunque su director no sea británico)

* Los Sherlock Holmes pata la televisión de Jeremy Brett

* Ivory: Lo que nos queda del día

* Series televisivas ejemplares como Yes, Minister!, Calderero, Sastre, Soldado, Espía, y House of Cards (la versión original, inglesa!)

ARTISTAS PLASTICOS

* Turner, el primero y más grande!

* pero también Constable

Lucien Freud

* Henry Moore

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